"Canto de mi alma, se me ha muerto la voz,
muere, sin ser cantada, como las lágrimas no derramadas
se secan y mueren en
la perdida Carcosa."

miércoles, 5 de mayo de 2010

Alonsican Beauty

Charlábamos, ellos en el sofá y yo en el sillón, frente a frente. La conversación era, cuanto menos, irritante. Se nos acababa el tiempo, y había demasiadas cosas que hacer. Demasiadas oportunidades que íbamos a desaprovechar si no nos dábamos prisa. Demasiados trabajos que realizar con urgencia. Demasiadas personas a las que llamar, demasiados problemas que solucionar. Y entonces miré el humo que exhalaba con puntualidad tras cada inspiración al puro.


Y lo vi, flotando y extendiéndose con la forma de un abanico deforme, buscando estrechar entre sus ramificaciones semejantes a unos dedos cenizos la lámpara de pie que se situaba descentrada en la habitación, cerca de mi sofá. Subió, difuminándose en sus hilillos más pequeños y partiéndose en los más grandes, oscilando hasta su desaparición en los puntos en los que una caprichosa corriente de aire decidía abatirlo, dibujando un río bajo la luz anaranjada. Cada vez se hacía más lento, cada vez se hacía menos juguetón. Cada vez moría un poco más, hasta que se detuvo junto a la bombilla. Muerto. Mi aliento gris y pálido dejó su huella en el aire y permaneció inmóvil, interponiéndose y contrastando a la vez con la agitada conversación que mantenían conmigo. Y yo los escuchaba, pero ya no importaba, porque el tiempo se había detenido.


Mejor dicho, yo me había detenido con mi humo, que seguía quieto y levitando, cada vez más diminuto, paralelo a la lámpara como si nada más importara, testigo momentáneo de una perfección diminuta y a la vez sacra al alcance de la mano. Una perfección que se encuentra en cada pequeño detalle, y que hace palidecer todo lo demás con solo ser capaz de posar nuestra vista en ella de la manera adecuada. Al poco rato una corriente de aire desvaneció por completo mi pequeña columna de humo, y volví a la conversación.


Supongo que por eso dicen que me abstraigo.

1 comentario:

  1. Los habitantes de Carcosa reclaman su derecho a la libre expresión... Llevan casi un año sin ser oídos.
    Cuéntanos algo.

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