"Canto de mi alma, se me ha muerto la voz,
muere, sin ser cantada, como las lágrimas no derramadas
se secan y mueren en
la perdida Carcosa."

jueves, 28 de enero de 2010

Amanece

Y me asomo al balcón y respiro mientras el frío azul del amanecer va deshaciendo el hechizo que mantiene a una ciudad en coma.

Hoy me doy cuenta. El hombre está preparado para dormir de noche, pero unos pocos preferimos, siempre que es posible, el romanticismo de hacerlo de día. Que los últimos momentos de consciencia que te lleves a la cama sean de una ciudad que se despereza y se prepara para afrontar el presente, no los somnolientos andares de una gran urbe, pensando en dejar de pensar.

Despedirse con un nacimiento, no con una muerte. Un hola, no un adiós. Dar la bienvenida a la vida que pronto pululará por las calles mientras sientes que has cumplido. Palmear las espaldas de los demás, alegre porque te das cuenta de que tienen horas por delante para vivir y escribir su destino.


Y el sol sale, y mi persiana se cierra. Sonrío.



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